Si Cristiano Ronaldo queria crear mas polemica y cabrear ya del todo a Florentino Perez lo ha conseguido. La cara de Cristiano Ronaldo era un poema al término del encuentro. Cristiano
Ronaldo vivía una jornada complicidad desde el pitido inicial del
árbitro en la goleada de escándalo ante un Rayo con nueve. Tras
encararse con la gradas, ser increpado, no celebrar su goles de forma
efusiva y poner peor cara ante los tantos de Bale, Ronaldo enfilaba el
túnel de vestuarios contrariado.
Cuentan desde dentro que la situación de tensión supera al crack
portugués que no duda en poner como el ejemplo al Barcelona. Ronaldo,
crítico como pocos con la situación que atraviesa el Real, da en la
diana. El '7' desliza que le Barça, guste o no, ha sabido mantenerse
fiel un estilo de juego propio que lo identifica más allá del técnico al
frente del equipo. Pese a tener un fondo de armario menor y no contar
con efectivos de relumbrón en el banquillo, el once culé sigue superando
pruebas con nota.
Ronaldo se muestra muy duro con las constantes idas y venidas de
jugadores y técnico en el Real, cree que la falta de continuidad es una
de las claves que ha sumido al Madrid en un estado de letargo. Cristiano
no esconde una envidia sana por la propuesta azulgrana. Piensa que
Messi está rodeado de jugadores que hacen su juego más brillante,
mientras en el Real, advierte a sus próximos, se encuentra practicamente
solo contra el mundo.
Los silbidos del Bernabéu, su último desafío a la grada, y la
percepción de que el Real navega sin rumbo, dejaron al Ronaldo más
tocado al término del envite frente al Rayo. Cristiano Ronaldo quiere ganar, pero fue
el primero en no sacar pecho por hacerlo ante nueve y bailados contra
once. Algo no va en este Madrid. Y Cristiano es muy consciente de ello.
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