Florentino Pérez confía en el efecto eufórico de la Undécima para tener asamblea general de socios relativamente tranquila. Su figura como presidente del RealMadrid tiene cada día más detractores entre la masa social, pero el máximo dirigente controla muy bien los mecanismos del poder y la oposición todavía no tiene la fuerza suficiente para derribarlo. Florentino, sin embargo, tiene muchos trapos y deberá dar explicaciones de muchos temas que preocupan a los socios del Madrid, el próximo 23 de octubre.
El Real Madrid tiene una deuda bruta muy elevada. De unos 620 millones de euros. La cifra asusta, pero Florentino Pérez asegura que es perfectamente asumible y descalifica a quienes afirman que la situación económica de la entidad es crítica.
Los números rojos del Real Madrid explican que el club sólo invirtiera 30 millones de euros en el pasado mercado de verano para repescar a Álvaro Morata. No hubo fichaje galáctico. Ni Pogba, ni Hazard ni Alaba, tres peticiones de Zidane, juegan en el Madrid.
Florentino Pérez, sin embargo, sabe que el gasto se puede disparar en los próximos meses con las renovaciones de Cristiano Ronaldo, Toni Kroos, Luka Modric y, sobre todo, Gareth Bale, que quiere triplicar su salario y pasar de los seis millones netos que cobra actualmente a percibir 18.
El presidente del Real Madrid también tendrá que dar explicaciones del aumento salarial de José Ángel Sánchez. Hace unos meses, Florentino Pérez logró retener a su director general, que negociaba su fichaje por la empresa de Jorge Mendes, a cambio de 500.000 euros anuales.
Otros temas menores también pueden pasar factura a Florentino Pérez, depositario de las iras de muchos socios por sus promesas incumplidas sobre las ventajas del carnet de simpatizante.
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