Las telecomunicaciones junto a la banca siempre aparecen entre los primeros puestos de los sectores que más quejas reciben. Esa es una de las razones por las que los operadores, tanto móviles como fijos y convergentes, no se han ganado el cariño de muchos usuarios, que en ocasiones han encontrado en los operadores virtuales un refugio.
Pero es que a lo largo de los años hemos visto como los operadores parecían ponerse de acuerdo entre bambalinas, así lo dijo Competencia, bien para mantener el precio de los SMS estancados durante años o para subir el precio del establecimiento de llamada.
Y parece que así ha vuelto a ser, porque en poco menos de cuatro meses
tanto Movistar como Orange y Vodafone han introducido en su catálogo o
han modificado viejas tarifas para introducir los 20 céntimos de establecimiento de llamada.
Crónica de un movimiento esperado.
Todo comenzaba allá por comienzos de enero. Fue
entonces cuando los clientes de viejas tarifas móviles de Movistar
empezaban a recibir el aviso por parte de su operador de que su tarifa
sufriría cambios. Entre cambios de cuotas también se subía el establecimiento de llamada, de los habituales 18 céntimos a 20 céntimos.
Parecía entonces un movimiento para empujar a los usuarios de esas tarifas a las de la actual oferta de Movistar, pero entonces llegaba otra noticia. El operador renovaba sus tarifas Vive, a las que también llegaban los 20 céntimos de establecimiento de llamada. Por entonces ya comenzamos a sospechar,
la última vez que se dio una subida del establecimiento de llamada,
hace ya nueve años, todos los grandes operadores dieron el mismo paso.
Y nuestras sospechas se empezaron a confirmar en marzo. Orange comunicaba a los usuarios de viejas tarifas,
ya no contratables, una subida de cuota acompañada de más megas, pero
también la subida a 20 céntimos del establecimiento de llamada en caso
de que superasen los minutos incluidos en dichas tarifas. Por lo menos en este caso el establecimiento de 20 céntimos no ha llegado a ninguna tarifa actual, a pesar de haberse presentado la tarifa Colibrí, de pago por minuto.
Pero por último nos faltaba Vodafone. Su CEO ya advirtió
a comienzos de marzo de que los precios de la telefonía en España
tenían que subir. Y a pesar de que Yoigo le contradijo enseguida no han
dado un paso atrás. Sus nuevas tarifas, presentadas hoy mismo, han
incrementado sus megas y han añadido servicios, a cambio de más cuota.
Pero "sorpresa", la tarifa de cero céntimos por minuto ahora tiene un
establecimiento de llamada de ... 20 céntimos.
Ahora ya solo nos falta Yoigo, que la última que los tres anteriores
operadores subieron el establecimiento de llamada dijo que no lo haría,
pero al final también lo hizo. ¿Llegarán esos 20 céntimos a Yoigo cuando renuevan su tarifa más baja?
No se ve en el horizonte la renovación de su tarifa más baja, han
centrado sus últimos movimientos en tarifas de mayor gasto, pero tampoco
es del todo descartable ¿no?
¿Pacto de precios?
Viendo que los tres grandes operadores en un plazo de cuatro meses
han introducido en su oferta tarifas con un establecimiento mayor del
habitual, con la salvedad de que Orange lo ha hecho en tarifas
descatalogadas, da que pensar que los operadores que todavía cuentan con
más de un 70% de cuota de mercado en España se coordinan o pactan de
alguna manera.
Cuando el establecimiento de llamada pasó de 12 a 15 céntimos (sin
impuestos) la justificación que dieron los operadores era que sus
ingresos bajarían al ser obligados a facturar las llamadas por segundos (hasta entonces lo hacían por tramos). Pero entonces ¿qué excusa pueden poner en esta ocasión para un movimiento sospechosamente orquestado?
Aquella subida de precios provocó denuncias por un pacto de precios entre operadores, pero tras la apertura de un expediente por parte de Comisión Nacional de Competencia todo quedó en nada, porque el organismo no pudo encontrar indicios de pacto. Pero los tres operadores afectados si recibieron una importante multa por abuso de posición dominante con los precios de los SMS.
A los operadores también hay que reconocerles sus méritos,
las inversiones que realizan en nuevas redes, tanto fijas como móviles,
y su propia actividad generan una importante riqueza para el país, en
forma de ingresos y empleos, al igual que otros sectores. Pero al menos
no deberían sentirse sorprendidos porque sospechemos de un nuevo pacto
entre ellos.
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