Se hablo mucho en la previa sobre el comportamiento del
Granada. Si pondría toda su energía en el terreno de juego para ahogar el
Barcelona y evitar un alirón que tenía cantado desde hacía semanas pero que se
complicó al encadenar una serie de malos resultados. Pues bien, no hubo
partido. O más bien hubo un monólogo azulgrana desde el primer minuto hasta el
final. El Barcelona se coronó campeón de Liga porque fue el mejor en la primera
parte de la temporada y porque después ha sabido soportar la persecución
implacable tanto del Atlético de Madrid, hasta el penúltimo asalto, como del
Real Madrid, hasta el último minuto.
El encuentro ante el Granada tuvo muy poca historia. Ni el
gol marcado por Cristiano Ronaldo en Riazor en los primeros compases del
partido alteró el sistema nervioso azulgrana. El Madrid fue campeón virtual
catorce minutos hasta que Luis Suárez acertó a rematar una buena triangulación
por el costado izquierdo. El tanto fue un premio al control del Barcelona y un
mazazo para un Granada que no pasaba del medio del campo y cuando intentaba
hacerlo lo hacía con muy pocos efectivos y con demasiado metros por delante
hasta llegar a Ter Stegen. Si había alguna opción para la sorpresa se esfumó de
manera irremediable para los intereses del Real Madrid.
El Barcelona fue aumentando el ritmo de sus acciones y la
puntilla llegó con el segundo tanto después de un buen desmarque de Dani Alves
y de un pícaro remate del delantero. Antes del descanso ya estaba todo resuelto
a la espera de que el reloj fuese consumiendo los cuarenta y cinco de la
segunda parte.
Se hablo mucho en la
previa sobre el comportamiento del Granada. Si pondría toda su energía
en el terreno de juego para ahogar el Barcelona y evitar un alirón que
tenía cantado desde hacía semanas pero que se complicó al encadenar una
serie de malos resultados. Pues bien, no hubo partido. O más bien hubo
un monólogo azulgrana desde el primer minuto hasta el final. El
Barcelona se coronó campeón de Liga porque fue el mejor en la primera
parte de la temporada y porque después ha sabido soportar la persecución
implacable tanto del Atlético de Madrid, hasta el penúltimo asalto,
como del Real Madrid, hasta el último minuto.
El encuentro ante el Granada tuvo muy poca historia. Ni el gol marcado
por Cristiano Ronaldo en Riazor en los primeros compases del partido
alteró el sistema nervioso azulgrana. El Madrid fue campeón virtual
catorce minutos hasta que Luis Suárez acertó a rematar una buena
triangulación por el costado izquierdo. El tanto fue un premio al
control del Barcelona y un mazazo para un Granada que no pasaba del
medio del campo y cuando intentaba hacerlo lo hacía con muy pocos
efectivos y con demasiado metros por delante hasta llegar a Ter Stegen.
Si había alguna opción para la sorpresa se esfumó de manera irremediable
para los intereses del Real Madrid. El Barcelona fue aumentando el
ritmo de sus acciones y la puntilla llegó con el segundo tanto después
de un buen desmarque de Dani Alves y de un pícaro remate del delantero.
Antes del descanso ya estaba todo resuelto a la espera de que el reloj
fuese consumiendo los cuarenta y cinco de la segunda parte.
En ese tramo de siesta el Granada tuvo una gran ocasión pero Cuenca se
encontró con Ter Stegen. Con el partido ya roto Luis Suárez hizo el
tercero a pase de Neymar y entonces todos celebraron el título 24.
Leer más en: http://www.sportyou.es/noticias/granada-0-barcelona-3-624115
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Se hablo mucho en la
previa sobre el comportamiento del Granada. Si pondría toda su energía
en el terreno de juego para ahogar el Barcelona y evitar un alirón que
tenía cantado desde hacía semanas pero que se complicó al encadenar una
serie de malos resultados. Pues bien, no hubo partido. O más bien hubo
un monólogo azulgrana desde el primer minuto hasta el final. El
Barcelona se coronó campeón de Liga porque fue el mejor en la primera
parte de la temporada y porque después ha sabido soportar la persecución
implacable tanto del Atlético de Madrid, hasta el penúltimo asalto,
como del Real Madrid, hasta el último minuto.
El encuentro ante el Granada tuvo muy poca historia. Ni el gol marcado
por Cristiano Ronaldo en Riazor en los primeros compases del partido
alteró el sistema nervioso azulgrana. El Madrid fue campeón virtual
catorce minutos hasta que Luis Suárez acertó a rematar una buena
triangulación por el costado izquierdo. El tanto fue un premio al
control del Barcelona y un mazazo para un Granada que no pasaba del
medio del campo y cuando intentaba hacerlo lo hacía con muy pocos
efectivos y con demasiado metros por delante hasta llegar a Ter Stegen.
Si había alguna opción para la sorpresa se esfumó de manera irremediable
para los intereses del Real Madrid. El Barcelona fue aumentando el
ritmo de sus acciones y la puntilla llegó con el segundo tanto después
de un buen desmarque de Dani Alves y de un pícaro remate del delantero.
Antes del descanso ya estaba todo resuelto a la espera de que el reloj
fuese consumiendo los cuarenta y cinco de la segunda parte.
En ese tramo de siesta el Granada tuvo una gran ocasión pero Cuenca se
encontró con Ter Stegen. Con el partido ya roto Luis Suárez hizo el
tercero a pase de Neymar y entonces todos celebraron el título 24.
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