No da la talla. Pasan los días y la situación de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid no mejora. Todo lo contrario. El equipo blanco recuperó el pasado fin de semana la senda de la victoria, aunque el conjunto de Zinedine Zidane no mostró su mejor versión. Falta regularidad.
Ante el Málaga, los merengues defendieron una primera parte muy superiores a su rival. Sin embargo, en la segunda mitad sufrieron. Sin Marcelo sobre el verde, el cuadro local se resintió. Y es que Sergio Ramos, Luka Modric y el lateral brasileño están siendo el talón de Aquiles de un Madrid muy tocado. Lo mantienen a flote.
La ausencia más destacada es de la Cristiano Ronaldo. El líder del vestuario es el intocable de Zizou partido tras partido, aunque no brilla. El atacante de Madeira está totalmente desaparecido. Falla lo infallable. No es el jugador resolutivo de los últimos años.
En el último duelo de liga, el portugués volvió a brillar por su ausencia. Al lado de Karim Benzema y Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo no tuvo fortuna. Innegable. El delantero falló tres ocasiones más que claras. Una vez más, no tiró del carro.
Ante esta situación, en el Santiago Bernabéu tienen un problema considerable. El mejor futbolista blanco de los últimos años ya no desprende la magia de antes. Sea un bache o un declive, la realidad es que Cristiano muestra una tendencia a la baja. Ya no es la solución incondicional del Madrid.
Esta situación se respira en el vestuario. La tensión está sobre la mesa. Y es que el bajo rendimiento del luso no solo se muestra en los partidos, sino que también en los entrenamientos.
Prueba de ello. Ronaldo se ha topado con un nuevo ‘enemigo’. El chaleco con GPS que acompaña a varios jugadores aleatoriamente durante los ejercicios se ha ‘chivado’. Los datos que aporta este accesorio son analizados por el cuerpo técnico como una prueba infalible.
En este caso, parece ser que en las últimas ocasiones que Cristiano Ronaldo ha tenido que entrenar con el chaleco los resultados han sido claros. Cifras en rojo.
Zidane, como mandamás del cuerpo técnico, es consciente de todo ello. Sin embargo, el técnico francés opta por tirar balones fuera y seguir mostrando su confianza absoluta en su joya de la corona. Se avecinan curvas.
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