Cristiano Ronaldo lucha contra todo. Los dolores persisten. El luso
vive con continuas molestias a las que sobrepone con profesionalidad
pero que han alertado al entorno del jugador causando, además, una
profunda preocupación en la zona noble del Santiago Bernabéu.
En el club blanco valoraron firmemente la salida de CR7 el pasado
verano por varios motivos, siendo este uno de los más evidentes. El club
dio luz verde al operativo en abril: Jorge Mendes tenía autorización
para buscar una opción mejor bajo dos máxima insalvables: que el club
comprador pusiera un mínimo de 100 'kilos' sobre la mesa y que, llegado
el momentos, Cristiano dijera públicamente que era él quien quería irse.
En el club era y es 'vox populi' que la edad, los años en primera
línea de competición y con la máxima exigencia, el tipo de fútbol
explosivo que desarrolla Ronaldo y el gran despliegue físico que realiza
sobre el terreno pasan factura y avisan sobre el inevitable declive en
el que a partir de esta edad puede entrar este tipo de futbolista
sometido a la máxima presión.
Una realidad que no pasó por alto,
en concreto en Manchester, club que conoce muy bien a CR7. El United
estaba dispuesto a 'apadrinar' el regreso del hijo pródigo pero no
quería asumir riesgos. Desde Old Trafford se frenó cualquier
conversación definitiva hasta que el jugador no se sometiera a una
revisión exhaustiva de la rodilla.
Un detalle que no gustó nada a CR7 que posteriormente se acercaría al
PSG, aunque los movimientos para su salida terminarían quedando
bloqueados por el afer Ramos/Casillas hasta el siguiente verano. Aun
así, la contundencia del United avisa de que si el Madrid quiere hacer
caja -de verdad- con Cristiano no puede esperar más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario