Cuenta
atrás. Las informaciones que salen como borbotones del movido entorno
blanco advierten de que lo de Rafa Benítez depende de dos partidos: Real
Sociedad y Valencia. Florentino Pérez mantuvo un aparte antes del parón
navideño con el técnico en el que puso sobre la mesa un doble camino.
Primero, sacar los dos próximo encuentros con nota. Al presidente, a la fuerza ahorcan, no le sirven resultados ramplones contra dos rivales de enjundia. Quiere el Real glorioso que su amigo y director general a sueldo de crack en el Madrid, José Ángel Sánchez, el prometió si daba la alternativa a un Rafa Benítez que llevaba meses llamando a las puertas de los grandes de Europa sin respuesta. En Nápoles querían perderlo de vista con celeridad. Y en la Premier únicamente el West Ham se avino a negociar.
Florentino Pérez, al límite del límite, quiere no solo resultados, sino vistosidad. En caso contrario, segunda vía: el presidente fue más claro que agua en una encuentro en el que también estuvo su segundo, el citado José Ángel Sánchez. Florentino no va a cargar con el peso de la destitución del técnico a su espalda, por tanto, y si las cosas se tuercen, será Benítez quien deberá dar un paso al frente presentando la dimisión. Una decisión, pacto de caballeros entre las partes, que descargaría al mandatario a ojos del madridismo quien, eso sí, sabría reconocer el gesto en la salida del técnico.
El borrador del finiquito, cuentan desde dentro, contempla ampliamente el mal trago de Rafa y de sus hombres en el proyecto.
Además hay que tener en cuenta que Florentino Perez ya no tiene el apoyo ni la confianza de los jugadores y ni mucho menos de la junta directiva y que decir de la afición que ya en menos de un mes han gritado claramente "Florentino dimisión".
Primero, sacar los dos próximo encuentros con nota. Al presidente, a la fuerza ahorcan, no le sirven resultados ramplones contra dos rivales de enjundia. Quiere el Real glorioso que su amigo y director general a sueldo de crack en el Madrid, José Ángel Sánchez, el prometió si daba la alternativa a un Rafa Benítez que llevaba meses llamando a las puertas de los grandes de Europa sin respuesta. En Nápoles querían perderlo de vista con celeridad. Y en la Premier únicamente el West Ham se avino a negociar.
Florentino Pérez, al límite del límite, quiere no solo resultados, sino vistosidad. En caso contrario, segunda vía: el presidente fue más claro que agua en una encuentro en el que también estuvo su segundo, el citado José Ángel Sánchez. Florentino no va a cargar con el peso de la destitución del técnico a su espalda, por tanto, y si las cosas se tuercen, será Benítez quien deberá dar un paso al frente presentando la dimisión. Una decisión, pacto de caballeros entre las partes, que descargaría al mandatario a ojos del madridismo quien, eso sí, sabría reconocer el gesto en la salida del técnico.
El borrador del finiquito, cuentan desde dentro, contempla ampliamente el mal trago de Rafa y de sus hombres en el proyecto.
Además hay que tener en cuenta que Florentino Perez ya no tiene el apoyo ni la confianza de los jugadores y ni mucho menos de la junta directiva y que decir de la afición que ya en menos de un mes han gritado claramente "Florentino dimisión".
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