Minutos antes del partido se escuchó con nitidez los cánticos solicitando la dimisión del presidente, que esta semana ha visto como el Real Madrid era eliminado de la Copa del Rey por una alineación indebida que demuestra la errática marcha de un Real Madrid que suma escándalo tras escándalo fuera de los terreno de juego. A eso suma las decepciones deportivas que le llevaron la pasada temporada a quedarse sín títulos.
Además de los pitos al presidente, se abroncó también a Denis Cheryshev, aunque en menor medida, y a Rafa Benítez. A los que se quiso señalar como culpables del escarnio sufrido en el Carranza ante el Cádiz. Después de una plácida primera parte, en la que los madridistas lograron cuatro goles, los cánticos contra el presidente y los silbidos al equipo volvieron a escucharse tras el gol del getafense Alexis. Además, el cuerpo de seguridad privada del club (Prosegur) retiró y tapó pancartas y carteles con el color amarillo que identifica a las iniciativas del Movimiento Ámbar, que se ha convertido en el brazo opositor de Pérez en el Baernabéu en las últimas semanas.
El Movimiento Ámbar es una iniciativa promovida desde el Fondo Sur del Bernabéu que ya cuenta con más de 1.000 socios y se ha montado para denunciar la gestión “nefasta y mafiosa” desarrollada por el empresario madrileño en los últimos años al frente del club. En dicha plataforma se alinean socios de diferentes estratos sociales y procedencias, muy lejos de los radicales que Florentino sostiene que alimentan esta campaña. La rebelión comenzó el 17 de octubre, en el partido contra el Levante. El 3 de noviembre volvió a verse el color amarillo en las gradas y ante el Getafe han completado su tercera aparición en las gradas del Bernabéu. Florentino tiene un problema.
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