Cristiano Ronaldo tiene un dilema: escuchar los cantos de sirena del
PSG y del Manchester United y renovar su contrato con el Real Madrid. De
momento, el delantero portugués mantiene todas las puertas abiertas
tras pactar su salida del Bernabéu, a partir del 1 de julio de 2016, con
Florentino Pérez.
Una cosa está clara. Cristiano Ronaldo quiere jugar, como mínimo,
hasta 2020 al máximo nivel. Es decir, hasta que tenga 35 años. El
problema es que su rendimiento ha caído en los últimos meses y, por
consiguiente, su valor de mercado. Ante este nuevo escenario, el
futbolista quiere firmar un último gran contrato. Con el Madrid o con
quien sea.
El regreso a Old Trafford
Cristiano Ronaldo sabe que en el Manchester United estarían
encantados con su regreso y que tanto Chevrolet como Adidas han dado luz
verde a la operación. Y también es consciente de que su fichaje seduce
al propietario del PSG, club con el que flirteó durante los dos partidos
que el Real Madrid disputó contra el campeón de Francia en la fase de
grupos de la Champions.
El problema que ha encontrado Jorge Mendes, su representante, es que
el Real Madrid pide unos 100 millones de euros en concepto de traspaso y
tanto el PSG como el Manchester United ofrecen mucho menos. El agente
más popular del fútbol también es consciente de que a Cristiano Ronaldo
no le será fácil mantener el actual salario: 18 millones de euros netos
por temporada.
El salario de Messi
Mendes, un artista de las negociaciones que en el pasado tuvo una
relación muy estrecha con Florentino, no descarta nada. El representante
portugués incluso ha contactado personalmente con el presidente del
Real Madrid para hacerle una propuesta de renovación hasta 2020. Mendes
está dispuesto a prorrogar el compromiso de su estrella a cambio de un
pequeño incremento salarial.
CR7 quiere cobrar lo mismo que Messi. El astro portugués aspira a
ingresar 20 millones de euros anuales en concepto de salario, primas al
margen.
Florentino Pérez, por su parte, tiene dudas. El presidente del Real
Madrid tiene informes que alertan de que el rendimiento del jugador ha
caído y que en las próximas temporadas no podrá mantener el nivel
estratosférico de los últimos años. Como buen hombre de empresa, además,
el presidente de ACS tiene claro que este verano será el último en el
que podría recuperar una gran parte de los 94 millones de euros que pagó
por él en 2009 al Manchester United.
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