sábado, 5 de marzo de 2016

Zidane ya sabe que el no manda como entrenador tampoco

Zinedine Zidane es un cadáver más en el Real Madrid. El técnico aceptó la propuesta de Florentino Pérez ante la insistencia del presidente y la buena relación con los jugadores, pero nunca creyó en remontar el vuelo. Comenzó su andadura en el banquillo con goleada, pero las carencias pronto salieron a la luz. Dos meses después de su nombramiento, asume que fue una cortina de humo de la cúpula. Nada más. Es un títere para los jugadores. La derrota en el derbi hizo estallar a Zizou.

Zidane es el primer dolido con el bajo rendimiento de algunos de sus jugadores. Hasta ahora ha sido incapaz de meter en vereda a la plantilla, especialmente a aquellos futbolistas que pasan del código interno y se van de viaje o salen de fiesta. Tampoco es fácil lidiar con las presiones de presidencia y de los capos de la plantilla. La derrota en el derbi, con el mal papel de varios de sus pupilos, terminó por desmontar a Zizou, que soltó: “Que jueguen como quieran o que hagan lo que les dé la gana”. Significativo en un carácter tan tímido y amigable.

El ambiente en el vestuario vuelve a estar enrarecido. La salida de Rafa Benítez calmó las relaciones plantilla-técnico, pero han aflorado nuevos problemas, ahora entre compañeros. La rajada de Cristiano Ronaldo tras el Madrid-Atlético fue la gota que colmó el vaso. Algunos futbolistas le recuerdan que nadie le dijo nada cuando falló el penalti en Málaga, que hubiera supuesto el 0-2 y casi los tres puntos asegurados. Zidane nunca tuvo el control absoluto del vestuario, pero lo ha terminado de perder.

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