Florentino Pérez siempre ha estado rodeado de más sombras que luces. Tanto su gestión empresarial con ACS como en el Real Madrid ha sido abiertamente cuestionada. El presidente blanco no es del agrado de muchos socios. Ni de sus trabajadores. Ni de muchos empleados del club, ejecutivos, directivos... Ni jugadores.
Sus formas dictatoriales e impositivas repercuten negativamente a su imagen. Está acostumbrado a hacer y deshacer. A dar órdenes y que le obedezcan sin rechistar. Los futbolistas de Zinedine Zidane asisten atónitos ante este tipo de situaciones. Saben que al presidente no le tose nadie. Nada que ver con el Nobita del Barça.
Uno de los más novatos del Madrid está especialmente sorprendido con esta situación. Y, sobre todo, con la falta de palabra del presidente.
Marco Asensio fichó por el Madrid con la promesa de tener oportunidades. De gozar de minutos para poder triunfar algún día con la chamarra blanca. Hizo todo lo que estuvo en su mano para ganarse esa confianza y demostrar que no se equivocaron con él cuando lo ficharon. Se ha ganado mucho más de lo que ha recibido.
Asensio ha sabido recientemente que si fuese por Zidane jugaría más, pero que ciertos compromisos e intereses del presidente le mantienen en la recámara. Por ejemplo, interesa más que jueguen Isco y James de cara a ganar valor de mercado y, en caso de que se vayan, poder venderlos más caros.
Sin embargo, todo esto se escapa del control de Asensio. Son historias que no le interesan. El mallorquín solo quiere jugar. Es por ello que en declaraciones a su entorno se ha mostrado muy molesto con el rol que le toca jugar, claramente injusto a su parecer.
Asensio ha cargado contra Florentino: “Me engañó”. Cuando le cedieron al Espanyol ya le pillaron descolocado, pero supuestamente regresó para tener algo más de protagonismo.
Ahora, asume las consecuencias de su decisión de fichar por el Madrid desde el banquillo, confiando en que le llegue el turno que ansía. Mosqueado al mismo tiempo. Y ojeando ofertas para salir rumbo a la Premier. Novias no le faltan.
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