Juegan con fuego. El pasado martes por la noche, el Real Madrid volvió a vivir un partido loco. Lo que iba a ser coser y cantar, se les complicó. El Nápoles marcó un gol en la primera mitad y consiguió meterle el miedo en el cuerpo al conjunto blanco.
Zinedie Zidane volvió a pujar por el once de gala para este partido de Champions. Con la eliminatoria de cara, los merengues viajaron a San Paolo con la idea de sentenciar fácilmente el duelo. Nada más lejos de la realidad.
El cuadro merengue firmó una primera mitad para olvidar. De nuevo, la crisis de juego acechó al equipo. El Nápoles jugó como quiso y la eliminatoria estuvo en riesgo. Jugaron con fuego.
Para fortuna del técnico galo, el ángel de la guarda madridista volvió a aparecer. El Sergio Ramos de las mejores citas hizo gala de su garra en Campania. El andaluz le sacó las castañas del fuego al Madrid y, en especial, a Zidane.
En el minuto 51, el gran líder marcó el primer tanto merengue en un remate de córner. A partir de allí, el conjunto de creció. Y es que apenas cinco minutos más tarde, Ramos volvió a ser clave. Un nuevo remate de cabeza acabó en gol. Cierto es que un defensa del Nápoles tocó balón, aunque el auténtico artífice fue Sergio.
En una lección de compromiso, el capitán blanco mostró su mejor versión. Magia en estado puro. El de Sevilla tiró del equipo en el momento clave. Sergio dio lo que esperaba el madridismo: entrega y garra. Álvaro Morata sentenció el duelo.
El conjunto merengue ya está en cuartos de final. Ahora bien, la victoria épica de Ramos no eclipsó la cruda realidad. El equipo sigue mostrando muchas carencias. La BBC, de nuevo, no hizo un buen partido.
Karim Benzema estuvo desaparecido, Gareth Bale no estuvo a la altura y Cristiano Ronaldo volvió a dejar mucho que desear. Cuando el madridismo más les necesitaba, los grandes cracks no respondieron.
Todo esto encendió la llama, ya que con el precedente de Ipurua como punto de referencia, las dudas que acechan la BBC no cesan. Zidane les elige como titulares por decreto y la realidad es que no tiran del equipo como deberían. Las bestias están apagadas.
Ante esta situación, los responsables merengues ya se han pronunciado. Cierto es que ayer Florentino Pérez fue ‘pillado’ sonriendo en los vestuarios, aunque la realidad es que la crisis de juego preocupa a la plana mayor.
En los últimos partidos se está sufriendo mucho para conseguir los objetivos. El Madrid no brilla como debería, por lo que la preocupación reina.
La crisis de juego es más que evidente. Zidane se apresura en asegurar que “están jugando bien”, pero la realidad dista mucho de estas palabras. El principal señalado está siendo el entrenador francés.
Todas estas preocupaciones ya han llegado al vestuario culé. Los barcelonistas están centrados en la remontada, aunque lo cierto es que mientras que el Barça ha recuperado las buenas sensaciones, el Madrid sigue dejando dudas sobre el terreno de juego.
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