Cristiano Ronaldo y Gareth Bale no se hablan. Llevan meses sin
mirarse a la cara más que para lo justo. La relación entre ambos en el
Real Madrid es insostenible: no se dirigen la palabras y se evitan. Una
realidad que estaría pasando factura en el campo al equipo y que desde
los despachos/vestuario se intentea silenciar tirando balones fuera.
Por partes. Gareth Bale: el galés está harto de los constantes
enfados del portugués cada vez que no le da un pase de gol, y de que sea
él quien tenga que multiplicarse en defensa como cuarto centrocampista
mientras que su compañero está liberado por decisión técnica. Roles
diferentes aunque con el mismo objetivo, marcar goles para acaparar el
protagonismo.
Además, Bale responsabiliza a Cristiano Ronaldo de haberle echado
al Bernabéu/vestuario encima por los constantes desplantes del
portugués hacia su persona acusándole públicamente de individualista.
Ronaldo habría hecho piña con el grupo dejando a Gareth de lado quien
solo se relaciona fuera del Madrid con Luka Modric, una amistad labrada
durante su estancia en el Tottenham.
Y Cristiano. El portugués se
habría dejado llevar por los celos/envidias. Bale ha encontrado en
Florentino Pérez y en su discurso de convertir al galés en la piedra
angular del Real Madrid del futuro otro motivo para molestar a Ronaldo.
ristiano Ronaldo ha sido el jugador franquicia del Real Madrid hasta
hace unos meses,
ya que ha pasado de ser intocable a pactar su marcha del club blanco.
A esto, se suman los recados desde la zona noble del Bernabéu a
Benítez para que priorice el bienestar de Bale en el esquema de juego
blanco. Comentarios como el que apunta que Gareth debe ser el próximo
Balón de Oro del Real Madrid o la paciencia que pide el máximo
mandatario a la afición con el atacante galés, molestan a un Cristiano
que se siente desamparado por un club que cree que no lo ha respaldado
de los ataques de prensa/entorno/afición desde enero de 2015.
Bale ha sido tachado en muchas ocasiones de ‘chupón’ y de
individualista, lo que le ha costado más de una crítica de la grada y el
enojo de Ronaldo. Este ha sido el principal punto de fricción entre los
jugadores, pero la distancia se ha agrandado por otros motivos. De un
lado, Gareth no se ha incrustado en el corazón del equipo. De otro, la
llegada de Rafa Benítez ha agriado aún más las ya difíciles relaciones
entre ambos.
El papel de Rafa decantando la balanza por orden del presidente a
favoro del galés a su llegada al Madrid marcaron un nuevo punto de
inflexión. Las rajadas del agente de Bale disparando con bala por
enésima vez contra Ronaldo son palabras que en el vestuario se ponen en
boca de Gareth a quien apuntan como ejecutor en la sombra: Barnett no
soltaría la lengua sin luz verde de su representado.
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