Que las aguas están revueltas en la compañía ya no es un secreto. Ante el estancamiento en el número de usuarios, que no crece como con otras aplicaciones, los rumores de una posible compra por parte de Google y hechos como la dimisión de su CEO el pasado mes de junio, reemplazado de forma interina por el cofundador Jack Dorsey -hasta que el pasado 1 de octubre ya se hiciera con el puesto de forma permanente– la compañía vive en un vaivén contínuo.
Recién lanzado Moments, la primera funcionalidad en la que se prescinde del timeline cronológico tan característico de Twitter, la primera medida que parece que tomará Dorsey esta semana es comunicar una ronda de despidos que afectaría a prácticamente todos los departamentos de la empresa.
Dorsey no tiene tiempo que perder y tampoco le tiembla la mano a la hora de tomar decisiones difíciles, como ha demostrado tanto en la compañía que co-fundó como en Square, firma de la que también es CEO en la actualidad.
Según la web Re/Code, los despidos servirán también para afianzar la reorganización que Twitter está llevando a cabo ya dentro del equipo de ingeniería con el objetivo de optimizar recursos y conseguir una eficiencia mayor. Algo similar a lo que hizo en agosto con el equipo de producto.
En la actualidad Twitter posee 4.100 empleados en todo el mundo. En 2013, cuando salió a bolsa, contaba con 2.000 empleados. El crecimiento en plantilla (más del 50%), motivado también por la realización de algunas adquisiciones de empresas cuyo talento pasó a integrarse en la red de microblogging, no se ha correspondido en absoluto con el aumento en el número de usuarios.
Dorsey ya ha avisado de que Twitter tiene que reenfocarse. Esta semana parece que la plantilla sufrirá un recorte importante como primera medida para volver a encontrar el camino.
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