Zinedine Zidane quiere dar el salto. El técnico del Castilla comenzó a
preparar su futuro en el mismo momento en el que el Real Madrid apostó
por Rafa Benítez. Siempre prudente, asumió que le convenía seguir al
frente del filial, pero le molestó la manera en la que se trabajó el
fichaje del hoy técnico del primer equipo. Zizou comenzó entonces a
tirar de contactos para salir de Concha Espina en busca de un grupo en
la élite.
Zidane no quiere relevar a Benítez si el técnico es destituido
a media temporada. No quiere ser el parche de nadie. Quiere un proyecto
propio. Desde cero. Estas premisas le colocan en posición inmejorable
de cara a la temporada 2016-17, aunque Florentino negocia con otros
técnicos, como Joachim Löw. Zidane, lejos de quedarse quieto, ha tirado
el anzuelo y han picado. Tiene una promesa de la Federación Francesa de
Fútbol (FFF) para dirigir a Francia.
Entre Zizou y Deschamps
El futuro de Zidane será una incógnita hasta después de la Eurocopa
de Francia, el próximo verano. La FFF le ha sugerido que cogerá las
riendas de la selección bleu si el equipo de Didier Deschamps
es incapaz de alcanzar las semifinales/final del torneo de selecciones,
disputado en suelo francés. Deschamps, que ha renovado recientemente su
contrato para dirigir a Francia hasta 2018, sabe que un ridículo de la
selección le abriría la puerta de salida.
La FFF barajó en 2012 la posibilidad de incorporar a Zidane como
relevo de Laurent Blanc, pero se decidió finalmente por Deschamps. A
Zizou le agradaría ahora hacerse cargo del combinado francés. Sabe que
la exigencia es mucho menor que si dirige al Real Madrid. Y una
experiencia negativa en el Bernabéu, en su debut en la élite, podría
afectarle negativamente de cara al futuro. La FFF le recomendó que no se
expusiera, que siguiera en el Castilla
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